Uso general
La ciclosporina es un medicamento que reduce la actividad del sistema inmunitario. Se usa principalmente para evitar el rechazo de órganos trasplantados y para tratar algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o la psoriasis.
Actúa disminuyendo la actividad de ciertos linfocitos (las células T), que son los que suelen desencadenar respuestas inflamatorias exageradas o atacar tejidos que no deberían. También existe una presentación oftálmica, indicada para aliviar la sequedad ocular crónica.
Tía, piensa en la ciclosporina como un “moderador del sistema inmunitario”: lo calma cuando se pasa de activo.
Cómo se utiliza (información general, sin dosis)
La cantidad exacta depende del diagnóstico, del peso y de los niveles del medicamento en sangre, por eso solo el médico puede ajustarla. Suele tomarse siempre a las mismas horas y de forma constante, con o sin comida, pero evitando el zumo de pomelo, que puede alterar su efecto.
En colirio, su uso también debe seguir las indicaciones del especialista.
Precauciones
Antes de empezar, hay que avisar al médico si existen:
problemas del riñón o del hígado,
hipertensión,
infecciones recientes o recurrentes.
Durante el tratamiento se controlan de cerca la tensión arterial, la función renal, las enzimas hepáticas y, según el caso, los niveles en sangre.
La ciclosporina puede aumentar la susceptibilidad a infecciones y ciertos tipos de cáncer, como linfomas, así que es importante no recibir vacunas sin autorización médica.
Contraindicaciones
No debe usarse si hay:
alergia conocida al medicamento,
hipertensión mal controlada,
infecciones graves activas,
ciertos tipos de cáncer,
uso simultáneo de fármacos muy tóxicos para los riñones (salvo indicación estricta del especialista).
Su uso en embarazo y lactancia solo se considera si es realmente necesario y siempre bajo control.
Posibles efectos secundarios
Algunos efectos que pueden aparecer son:
aumento de la presión arterial,
cambios en la función renal,
temblores, dolor de cabeza,
crecimiento de vello,
inflamación de las encías,
alteraciones digestivas.
También puede aumentar el colesterol u ocasionar infecciones más fácilmente. Hay que consultar al médico si aparecen síntomas como fiebre persistente, cansancio extremo, trastornos de visión o hinchazón.
Interacciones
La ciclosporina puede interactuar con muchos medicamentos, como:
AINEs (antiinflamatorios),
antibióticos y antifúngicos,
anticonvulsivos,
estatinas (para el colesterol).
Algunos fármacos pueden aumentar su toxicidad, mientras que otros pueden disminuir su efecto. Y nada de zumo de pomelo, tía, que puede desequilibrar los niveles del medicamento.
Dosis olvidada y sobredosis (orientación segura)
Si olvidas una toma, lo habitual es continuar con el horario normal sin duplicar dosis. En caso de varias omisiones, conviene informar al médico para evitar riesgos de rechazo o empeoramiento de la enfermedad.
Un exceso del medicamento puede causar problemas renales, confusión, temblores o alteraciones del ritmo cardíaco. En esos casos, hay que buscar ayuda médica de inmediato.
Conservación
Guarda la ciclosporina a temperatura ambiente, protegida de la luz, la humedad y el calor. Mantén las cápsulas o el frasco en su envase original y lejos de los niños. Las presentaciones líquidas no deben refrigerarse.
Aviso importante
Esta explicación es solo un resumen sencillo y cercano. No sustituye en ningún caso las indicaciones del médico. La ciclosporina es un medicamento que requiere seguimiento estrecho y profesional para usarse con seguridad.
