Furosemide

La furosemida trata la retención de líquidos en personas con insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad hepática o un trastorno renal como el síndrome nefrótico. Este medicamento también se usa para tratar la presión arterial alta.

Uso común

Tía, la furosemida es un diurético del tipo “de asa”, lo que solemos llamar una “pastilla para eliminar líquidos”. Su función es evitar que el cuerpo absorba demasiada sal, ayudando a expulsarla a través de la orina.

Se utiliza para tratar la retención de líquidos en personas con insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedades del hígado o ciertos problemas de los riñones como el síndrome nefrótico. También puede usarse para controlar la presión arterial alta.

Dosis y modo de uso

Toma la furosemida exactamente como te la haya indicado tu médico, ni más ni menos. Si la usas en formato líquido, mide la dosis con una cucharilla o vaso medidor, no con una cucharilla normal de cocina. Si no tienes uno, pídeselo al farmacéutico.

A veces el médico ajusta la dosis para que el tratamiento funcione lo mejor posible, así que no te asustes si te la cambian un día.

Precauciones

Evita deshidratarte. Tu médico te dirá cuánta agua debes beber.

Ten cuidado con el sol: la furosemida puede hacer que la piel esté más sensible. Usa protector solar y ropa que te cubra un poco más cuando salgas, por si acaso.

Evita tumbonas y lámparas UVA.

Contraindicaciones

Coméntale a tu médico si padeces:

enfermedad del riñón,

enfermedad del hígado,

gota,

lupus,

diabetes,

alergia a medicamentos “sulfa”.

Si estás embarazada, intentando quedarte embarazada o dando el pecho, informa siempre antes de tomar este medicamento. La furosemida puede pasar a la leche materna.

Posibles efectos secundarios

Busca ayuda médica urgente si presentas:

urticaria, dificultad para respirar, hinchazón de labios o garganta,

boca seca, sed intensa, náuseas o vómitos,

debilidad marcada, somnolencia excesiva o sensación de desvanecerte,

latidos rápidos o irregulares,

dolor o debilidad muscular,

orinar poco o nada,

moratones frecuentes o sangrado fácil,

erupción grave con ampollas o descamación,

pérdida de audición,

dolor abdominal, fiebre baja, orina oscura, heces claras o piel amarillenta.

Efectos más leves:

diarrea, estreñimiento o dolor de estómago,

dolor de cabeza,

hormigueo o sensación de quemazón,

mareos,

visión borrosa.

Interacciones

Si tomas sucralfato, hazlo 2 horas antes o después de la furosemida. Comunica todos tus medicamentos: recetados, de venta libre, vitaminas y productos de herbolario. No empieces nada nuevo sin consultarlo.

Olvido de dosis

Si la tomas solo ocasionalmente, puede que no tengas un horario fijo. Si es un tratamiento regular:

toma la dosis olvidada cuando lo recuerdes,

pero si ya toca la siguiente, sáltala,

no dobles dosis.

Sobredosis

Busca atención inmediata si notas:

zumbidos en los oídos,

mareo o confusión,

pérdida de apetito,

sensación de desmayo.

Conservación

Guarda la furosemida a temperatura ambiente, lejos de humedad y luz.

Si es en formato líquido, suele valer 60 a 90 días después de abrir el frasco; confirma con tu farmacéutico cuántos días es seguro usarla.

Desecha el producto pasado ese tiempo.

Compra y disponibilidad

Tía, para que no tengas que estar dando vueltas:

La puedes comprar online,

con entrega a domicilio en toda España,

y con venta disponible las 24 horas, para que la pidas cuando te venga mejor.

Aviso importante

Esta información es general y no sustituye la valoración del médico o del farmacéutico. Cada persona necesita indicaciones específicas y un seguimiento individual.

Dosis40mg, 100mg
Paquete60 pill, 90 pill, 120 pill, 180 pill, 240 pill, 270 pill, 360 pill

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