El baclofeno se usa para tratar el espasmo de los músculos esqueléticos, el clonus muscular, los calambres musculares, la rigidez, la lesión de la médula espinal y el dolor causado por trastornos como la esclerosis múltiple.
Uso común
Mira, tita, Baclofeno es un medicamento que usamos para aliviar los espasmos de los músculos esqueléticos, esos que mueven los huesos. También ayuda con clonus, calambres, rigidez, y molestias relacionadas con lesiones en la médula espinal o enfermedades como la esclerosis múltiple. Actúa relajando los músculos y haciendo que se liberen un poquito del estrés que provoca el dolor o los espasmos.
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Dosis y modo de uso
Tómalo exactamente como te lo recete tu médico, ni más dosis ni por más tiempo del indicado. Se toma por vía oral con un vaso de agua, tragándolo entero.
La dosis inicial habitual en adultos es 5 mg tres veces al día. Después se puede aumentar en 15 mg cada tres días, hasta un máximo de 80 mg al día divididos en varias tomas.
Precauciones
Antes de empezar, asegúrate de que tu médico sabe si tienes:
enfermedad de riñón,
diabetes,
antecedentes de convulsiones,
ictus,
alergias a medicamentos o alimentos.
Dile también si estás embarazada, intentando estarlo o dando el pecho.
⚠️ Muy importante, tita: No debes dejar de tomar el baclofeno de golpe — puede provocar una reacción seria. El médico irá reduciendo la dosis poco a poco.
Al empezar el tratamiento, puedes sentirte mareada o somnolienta, así que levántate despacito y evita conducir o manejar máquinas hasta saber cómo te sienta.
Contraindicaciones
No debes usar baclofeno si:
eres alérgica al baclofeno,
tienes enfermedad renal grave,
tienes epilepsia o antecedentes de convulsiones no controladas,
has tenido ictus o problemas importantes de coagulación,
el médico decide que el medicamento no es seguro para tu caso.
Posibles efectos secundarios
Debes avisar a tu médico de inmediato si notas:
erupciones, hinchazón o dificultad para respirar,
dolor en el pecho,
estreñimiento fuerte,
presión arterial baja,
alucinaciones,
vómitos persistentes,
problemas respiratorios,
insomnio intenso,
cambios en la micción (demasiado o muy poco),
convulsiones.
Efectos que son menos graves, pero que debes comentar si continúan:
confusión,
somnolencia leve, mareos, cansancio.
Interacciones
El baclofeno puede potenciar el efecto sedante de:
alcohol,
antihistamínicos,
medicamentos para depresión o ansiedad,
analgésicos opioides como codeína, tramadol u oxicodona,
pastillas para dormir,
fenobarbital.
Además:
con antidepresivos tricíclicos puede causar debilidad muscular,
con inhibidores de la MAO puede provocar sedación intensa y bajada de presión arterial.
Siempre informa a tu médico sobre todo lo que tomas.
Dosis olvidada
Si olvidas una dosis, tómala cuando te acuerdes. Si ya casi toca la siguiente, simplemente sáltatela. No tomes doble dosis.
Sobredosis
Si crees que has tomado demasiado, llama de inmediato al centro de intoxicaciones o acude a urgencias. Los síntomas pueden incluir somnolencia severa, vómitos, dolor abdominal o convulsiones.
Conservación
Guarda el baclofeno a 15–30 ºC, en su envase bien cerrado y fuera del alcance de los niños.
Aviso importante
Tita, recuerda: esto es solo una guía general. Las indicaciones concretas siempre deben venir de tu médico, que conoce tu caso mejor que nadie.
